

Por: Redacción TYL
Mientras que los fallecidos por el choque de trenes en Grecia han aumentado a 57, los sindicatos ferroviarios hicieron una huelga de 24 horas por el deterioro del sector y para cuestionar que el único detenido sea un empleado de la empresa estatal ferroviaria.
El siniestro se produjo poco antes de la medianoche del martes, cuando dos trenes -uno con 342 pasajeros y 10 empleados ferroviarios y otro de carga con dos maquinistas- chocaron cerca de la pequeña localidad de Tempe, a unos 300 kilómetros de Atenas.
El primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, visitó la escena del accidente y posteriormente dijo que todo apunta a un "trágico error humano". Previamente, la policía griega había informado que el jefe de la estación de trenes de la ciudad de Larissa había sido detenido por el hecho.
Está acusado de homicidio involuntario por negligencia y lesiones corporales graves. El hombre de 59 años, que está a cargo de la señalización, negó haber actuado mal y dijo que el accidente se debió a una probable falla técnica.
Los sindicatos ferroviarios denunciaron que ha habido problemas de larga data con los sistemas electrónicos, que se supone deben advertir a los conductores si se avecina un peligro.
"Nada funciona. Todo se hace manualmente en la conexión Atenas-Tesalónica. No funcionan ni los indicadores, ni los semáforos, ni los controles de tráfico electrónicos", señaló Kostas Genidounias, presidente de la Asociación de Conductores de Trenes.
Haciéndose cargo de la responsabilidad política, el ministro de Infraestructura y Transporte, Kostas Karamanlis, renunció a su puesto como consecuencia de este suceso.
El tren de pasajeros viajaba desde Atenas hasta Tesalónica, donde hay una gran población estudiantil. Se estima que un número importante de los pasajeros eran estudiantes que regresaban luego de la cuaresma de la iglesia Ortodoxa griega.
A todo esto, hubo manifestaciones callejeras para protestar por el choque de trenes y que muchos ven como un accidente que tarde o temprano iba a ocurrir. Se produjeron enfrentamientos con la policía frente a la sede de Hellenic Train en Atenas, la empresa responsable del mantenimiento de los ferrocarriles de Grecia.
También se realizaron protestas en Tesalónica y en la ciudad de Larissa, cerca de donde ocurrió el desastre.